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miércoles, 21 de agosto de 2013

Juguetes sexuales, ¿amenaza para el hombre?


Partiendo del hecho que toda relación amorosa, al cabo de un tiempo es impreciso y muy probable que entre en un “modo rutina”, no está fuera de lo común, es solo una de las fases de la relación, que es no se considera como una crisis de la relación pero si puede ser un síntoma clave o indicador por parte de uno u ambos integrantes de la pareja que demanden atención a causa de la falta de atención, interés o simplemente  aburrimiento de lo que se ha construido hasta el momento.

Es importante destacar que la mujer tiende a ser la que demande más atención por parte del hombre, esto se debe a características generales de que la mujer se moviliza más desde lo afectivo mientras que el hombre se concentra más en lo racional, cuestión neutras en ambos géneros ya que ninguna de estas posturas son definitivas con ningún valor asociado, ambos sumamente importantes.

Para acabar con la rutina, antes que una intervención terapéutica, se puede hacer uso de los famosos juguetes sexuales. Teniendo por definición que es un objeto que sirve para aumentar el placer del sexo en pareja o para autocomplacerse. Partir desde la conceptualización me parece importante ya que se debe tomar en cuenta que son objetos “complementarios” para la pareja o para el sujeto en sí, es decir, que tienen un propósito más que una posición.

Pero siempre es importante considerar que en ciertos aspectos y por motivos mayormente culturales y desconocimiento muchas personas suelan asociar a los juguetes sexuales como algo para un público en particular, fuera de la norma, para personas sexualmente perturbadas, enfermos mentales o con tendencias homosexuales.

Por otra parte, cuando un integrante de la pareja no está de acuerdo con la introducción de juguetes sexuales a la relación tiene que ver con varios indicadores de personalidad, cultura, conocimiento general y autoconcepto en el ámbito de la sexualidad, propiamente dicho. Principalmente es su ego el que tiende a verse afectado, hay que entenderlo y ayudarlo en el proceso de la apertura.

No es del todo erróneo que un hombre se sienta intimidado por el hecho de que su pareja le invite a usar juguetes sexuales, recuerden que vivimos en una sociedad en la que el hombre tiende a ser el dominante y recibir propuestas por su pareja lo hace más que sentir placentero, le transmite el mensaje de que no es lo suficiente para su mujer.

Pues quiero dejar muy claro que esto no es así, un juguete sexual es más bien una tercera mano que tiene el hombre, una carta bajo la manga, es requisito extra  y muy bien complaciente que toda mujer puede sentir y experimentar.

Es importante derrumbar con ciertos mitos que se generan por el uso de los juguetes sexuales.

Un juguete sexual jamás va a reemplazar a un hombre, puesto que no existe nada más placentero que un verdadero cuerpo en contacto con el de su pareja aunque es el ego el que se pone en riesgo, mientras mas apertura en el nivel de la sexualidad exista pues más placer tendrán ambos integrantes, por otro lado, los juguetes sexuales no están hecho exclusivamente para personas con preferencias específicas, los juguetes sexuales han sido diseñados para toda aquella persona que le guste la diversión y el placer, lejos de alguna enfermedad mental o perturbación social.

Es decir, un juguete sexual es un arma maravillosamente diseñada para dar placer a la pareja, para avivar una llama de la relación, para incrementar el encuentro sexual y a tener descubrimientos en zonas que nunca habían conocido.

Los invito a replantearse el hecho de que los juguetes sexuales son malos y darle la vuelta para ser cómplices del verdadero placer que da disfrutar plenamente de una sexualidad sana.

Psic. Luis Sánchez
@psicofit

luisgsanchezm@gmail.com

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